
La Ley de Educación plantea introducir mejoras en los enfoques de enseñanzas de matemáticas y ciencias en Educación Primaria para mejorar capacidades. La didáctica de las ciencias y las matemáticas será uno de los campos a investigar y experimentar.
El pasado 21 de diciembre se aprobó la Ley 17/2023, la nueva Ley de Educación que pretende abrir el camino a la transformación y la mejora educativa. La ley es fruto de un trabajo intenso y colaborativo entre muchas personas; agentes políticos, sociales y la comunidad educativa. La implicación de todas las partes ha sido imprescindible para obtener la mejor Ley de Educación para abordar los retos de los próximos años.
En el anterior número de Gure Hezkuntza se desgranaron los aspectos de esta nueva ley que con el desarrollo de sus 102 artículos, ofrecerá estabilidad al sistema educativo, un marco reglado y herramientas para que el sistema educativo se actualice para dar respuesta a las necesidades de la sociedad actual. En concreto, en relación a la transformación educativa, la ley recoge 43 medidas a desarrollar durante los próximos 12 años. Por un lado, se plantea integrar los planes de mejora en el plan directivo y el proyecto educativo de centro como elemento esencial para la mejora continua.
Por otro lado, se introducirán mejoras en los enfoques de enseñanzas de matemáticas y ciencias en Educación Primaria. Se trata de introducir planteamientos mas didácticos que hagan incidencia en el pensamiento matemático y en el pensamiento científico. Por encima de cuestiones sobre métodos de aprendizaje, la ley que entrará en vigor el próximo 5 de febrero se caracteriza por los siguientes criterios:
Principales claves de la ley
1.- Introduce una regulación integral del sistema educativo vasco. Es decir, se aplicará por igual a todos los centros que se financien con fondos públicos.
2.- Apuesta por la igualdad, la equidad y la cohesión, tiene en cuenta la diversidad social y contiene propuestas para evitar la segregación y situaciones de desigualdad.
3.- Garantiza la participación de toda la comunidad educativa y empodera a los centros educativos para que sean ellos quienes tengan la autonomía suficiente para organizarse. Los centros podrán adaptar su sistema de enseñanza a la realidad de su entorno.
4.- El euskara es el eje vertebrador de un sistema plurilingue e intercultural.
5.- Al término de la enseñanza secundaria obligatoria, el alumnado deberá haber alcanzado el nivel B2 tanto en euskara como en castellano y un B1 en una tercera lengua extranjera.